Te escuché hablando acerca de temas relacionados con nuestra profesión. Te escuché hablando acerca de la vida. Te escuché mientras le hablabas a un numeroso público. Te escuché cuando me hablabas sólo a mí. Siempre fue enriquecedor escucharte. Siempre optimista, como un bálsamo para la preocupación. Algo deterioró tu cuerpo a una velocidad vertiginosa. Estoy seguro de que volveremos a encontrarnos. Hasta entonces sigue siendo un alivio y un desenfadado conversador para todo aquel que te escuche. Gracias por todos tus consejos y los momentos vividos.

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